Las mantenciones en un vehículo son esenciales para evitar fallas inesperadas, tener que reparar averías y prolongar la vida útil del auto en general.
Respondiendo a la pregunta sobre cada cuánto tiempo hacer mantenciones, la respuesta es “depende", puesto que no todos los componentes del auto requieren mantención al mismo tiempo. Cada uno tiene su desgaste y sus períodos de uso, por lo que desglosaremos estas cuestiones.
Con el Informe Autofact podrás conocer si un auto usado tiene multas, ha sido rechazado mucho en revisiones técnicas y más.
Como te decíamos, si haces las mantenciones de tu auto a tiempo, evitas fallas o averías mayores, que te van a costar más plata y te van a dejar a pie por más días.
Para graficar es bueno ejemplificar. Supongamos que quieres evitar tener que gastar plata en un cambio de aceite y decides no hacerlo o dejarlo para después.
Si tu auto requiere cambio de aceite cada 10.000 kilómetros y no lo haces, pasan 20.000, luego 30.000, haces viajes largos y exiges el vehículo, corres riesgos de fundir el motor, puesto que el lubricante va perdiendo viscosidad con el uso y el tiempo.
Un cambio de aceite que puede costar menos de $50.000, podría salirte más de $1.000.000 si rompes el motor. ¿Conclusión? Lo barato sale caro.
Otro ejemplo… supongamos que tus neumáticos están muy desgastados, pero tu confianza al volante te dice: "si manejo con cuidado, no necesito cambiar los neumáticos todavía”.
Si decides hacer esto y te ves ante una emergencia, por ejemplo esquivar algo o frenar bruscamente, podrías perder el control del auto por problemas de tracción. Sin duda, un choque te va a salir más caro que cambiar las ruedas.
Ahorra tiempo y dinero haciendo las mantenciones cuando corresponde. La idea es prevenir fallas y no tener que reaccionar ante problemas evitables.
Como te decíamos hace algunos párrafos atrás, es bueno atender lo que dice el manual del fabricante y los especialistas sobre cuándo y cómo hacer las mantenciones de tu auto. A continuación, te contaremos los detalles por parte.
Los vehículos tienen varios tipos de lubricante. Uno de los más importantes para la vida útil del auto, es el aceite de motor. Antaño, el aceite de motor se cambiaba cada 5.000 kilómetros, lo que aún se acostumbra a hacer en vehículos más viejos, anteriores al año 2000, por ejemplo.
Hoy en día, dependiendo del vehículo y el lubricante que utiliza, el aceite de motor se cambia cada 10.000 e incluso cada 20.000 kilómetros, en casos más excepcionales.
La industria actual ha desarrollado motores que requieren de aceites sintéticos y sofisticados, que en la mayoría de los casos toleran cambio de aceite cada 15.000 kilómetros o más.
Sin embargo, si te gusta cuidar tu motor y al mismo tiempo lo exiges grandes distancias o en rutas rebeldes, entonces mejor cámbialo antes de los 10.000 kms. Mejor gastar en lubricante que en arreglar el motor.
Considera que el lubricante se reemplaza porque se desgasta con el tiempo y el paso de los kilómetros. Al desgastarse, pierde viscosidad y, por lo tanto, eficacia en una correcta lubricación del motor.
Sin lubricación, el roce desgastará componentes del motor, llegando incluso a fundir el corazón del auto.
En estos casos, los intervalos son mucho más prolongados que con el aceite de motor. Las cajas automáticas piden cambio de aceite cada 2 años o 45 mil kilómetros, mientras que las cajas manuales pueden ser cada 60.000 o más kilómetros.
Hay puristas, amantes de los clásicos, que cambian el aceite de la caja de cambios tarde, mal y nunca.
Actualmente, más allá de las tecnologías ABS, EBD, BA y las múltiples asistencias y alertas para frenar, los sistemas de frenos se reducen a dos: los frenos de tambor y los frenos de disco.
Antiguamente, los vehículos tenían freno de tambor en sus cuatro ruedas y solo algunos deportivos o vehículos más pesados, podían ostentar freno de disco, al menos en el tren delantero.
Hoy en día, una buena parte de los vehículos que se ofrecen en la industria, por no decir todos, tienen freno de disco adelante y tambor atrás. En el mejor de los casos, podrás encontrar versiones y/o modelos con freno de disco en las cuatro ruedas. Hay frenos de disco sólidos y ventilados, pero eso es materia de otro post.
Los intervalos de mantención de los sistemas de frenos dependerá de si son frenos de tambor o de disco y si son delanteros o traseros, pues el desgaste no siempre es igual.
De cualquier manera, hay que estar siempre atento al comportamiento de los frenos de tu vehículo, pues los síntomas de falla avisan antes de colapsar, por lo que puedes evitar tener un accidente por problemas de frenos; pero para eso, hay que hacer las mantenciones preventivas y también correctivas; esto último, en caso que se presenten síntomas de falla.
Los frenos de disco requieren de cambio de pastillas cada 40 mil kilómetros o dos años, mientras que los discos deberían ser reemplazados cada cuatro años u 80 mil kilómetros. O más fácil cada dos cambios de pastillas, bueno sería cambiar los discos de freno.
De todas formas, es siempre recomendable estar atento al nivel del líquido de frenos y a la sensación que sientes al frenar. Es bueno llevar tu auto a un servicio especializado en frenos si sientes lo siguiente:
Todo eso podría ser síntomas de falla que requieren de atención inmediata, no te dejes estar y manda a revisión inmediatamente tu auto si percibes estos síntomas, evita averías mayores y sobre todo accidentes.
Respecto del líquido, además de revisar el nivel, sobre todo antes de viajes más largos o rutas exigentes, es bueno reemplazarlo cada 40 mil kilómetros o dos años.
Respecto de los frenos de tambor, las zapatas se cambian cada 50 mil kilómetros o dos años aproximadamente. Los tambores en tanto, tienen una vida útil más prolongada, pudiendo ser reemplazados cada 120 mil kilómetros
Respecto al funcionamiento óptimo del motor, hay que considerar el afinamiento de aquellos parámetros que inciden en la combustión y desempeño del auto.
En este sentido, el reemplazo de bujías y sus cables; y también de los filtros es fundamental para hacer que el motor ande bien, no tenga problemas de emisiones y consuma el combustible que debería consumir según el catálogo.
Las bujías, encargadas de entregar la chispa para que se produzca la combustión, no son caras, pero son fundamentales para el funcionamiento de cualquier motor.
Es ideal que reemplaces bujías y cables según especifica el fabricante del vehículo y del tipo de bujías que usas. Esto puede oscilar entre los 20 mil y 80 mil kilómetros, o más…
Respecto de los filtros, en la gran mayoría de los casos los filtros de aceite se cambian junto con el cambio de lubricante de motor. Mientras que el filtro de aire es relativo. Si bien su reemplazo depende de los kilómetros recorridos, un filtro de aire estará más sucio si vives en zonas con mucha tierra más que si vives en una ciudad. Su desgaste depende del uso, el clima y la contaminación del aire.
En tanto, el filtro de gasolina, es bueno reemplazarlo cuando cambias o limpias los inyectores.
Los inyectores que llegaron a hacer el trabajo del carburador, son los encargados de suministrar bencina a la cámara de combustión, donde se produce el encuentro entre el combustible, la chispa de la bujía y el aire, que viene desde la admisión.
Los inyectores entregan combustible todo el tiempo mientras usas tu vehículo, lo que naturalmente podrá producir desgaste o que se ensucien por contaminación propia de la bencina que usas.
Por esto y otras razones, es recomendable revisarlos entre 25 mil a 30 mil kilómetros; o bien reemplazaros cada 50 mil a 60 mil kilómetros. Con los inyectores en mal estado o tapados, se puede producir que tu motor se esfuerce más, consuma más o peor aún que ni siquiera ande, por no llegar combustible a destino.
Cuando hagas cualquier intervención en los inyectores es bueno que cambies el filtro de combustible también, ya que a veces también se tapan por efecto de la calidad de la gasolina que usas y otras consecuencias producto del paso de los kilómetros.
Si sientes el auto pesado para partir, con menos fuerza o más gastador, podrías tener problemas con el afinamiento, como problemas de filtros, bujías e inyectores.
Cada vez que hagas un viaje largo o una ruta exigente, es bueno revisar cómo está el nivel del líquido refrigerante. Al mismo tiempo, es bueno reemplazarlo por completo cada 20.000 kilómetros o una vez al año.
Estas cuestiones revísalas siempre con el motor frío, en algunos radiadores puede ser peligroso si revisas el nivel del líquido con el motor caliente, pues hay líquido muy caliente y a presiones altas al interior del sistema de refrigeración que podría saltarte a la cara si abres la tapa con el motor caliente.
Las ruedas son el representante del vehículo frente al camino. El desgaste de los neumáticos va a ocurrir pase lo que pase. Eso sí, hay algunas cuestiones que pueden acelerar el desgaste de tus ruedas.
Si usas una presión de aire poco adecuada puedes afectar a tus ruedas. Con el neumático muy desinflado, terminarás degradando la estructura del mismo. La banda de rodadura también sufrirá, pues experimentará un desgaste mayor al no tener el suficiente aire para el peso y necesidad de las circunstancias de conducción.
Un neumático demasiado duro, podría exigir mucho la parte central de la banda de rodadura, puesto que se apoyará fuertemente esta parte de la rueda en el pavimento, llevándose todo el peso y carga del andar.
Si tu neumático tiene grietas o se ve quemado, tiene deformaciones, o bien los surcos del dibujo del neumático tienen menos de 1.6 mm de profundidad, entonces tendrás que cambiar los cuatro neumáticos. Siempre es mejor cambiarlos todos a la vez. Algunos rotan los neumáticos, pero son soluciones parche.
Dependiendo del uso de los neumáticos, la presión utilizada y el paso de los kilómetros, tendrás que cambiar tus ruedas cada 40 mil o 50 mil kilómetros, o bien cada dos años.
Si bien no incide en el funcionamiento del motor del vehículo, una buena alineación, balanceo y suspensión, sí influyen en el andar, el manejo y el desgaste de las ruedas.
El ser humano es terco, la mayoría lo somos. Pocos hacen la alineación y balanceo cada 10 mil kilómetros, pero así debería ser. Esa cantidad de kilómetros o seis meses es lo recomendable para hacer estas labores de mantención.
Con la alineación y balanceo en buen estado, es más fácil que tu vehículo ande recto y enfrente mejor las curvas, adelantamientos y cambios de carril.
En un uso urbano normal, los amortiguadores pueden durar tres o cuatro años, entre 50 mil y 80 mil kilómetros. Por tanto, cambia los amortiguadores a tiempo, ya que además de suavizar el andar, enfrentas mejor curvas, aceleradas, frenadas con y sin carga.
Respecto de la suspensión, el comportamiento de las ruedas y su adaptación al terreno, es bueno también verificar que las homocinéticas estén bien y sin perder aceite. Una fuga en las homocinéticas es síntoma de reemplazo inmediato.
Además de lo que te hemos contado, hay otras cuestiones que necesitas reemplazar cada cierta cantidad de kilómetros, o bien cuando veas un desgaste evidente.
La correa de distribución es barata y también esencial en el funcionamiento de un auto. Se reemplaza cada 60 mil kilómetros o más. Sin embargo, siempre es bueno mirar que no se vea quemada, ni menos con indicios que esté a punto de cortarse. Mejor cambiarla seguido y evitar problemas mayores.
Misma situación ocurre con las mangueras que transportan líquido refrigerante. Por estar sometidas a altas temperaturas, al uso y al clima, se desgastan y tienden a mermar su calidad. Si ves mangueras resecadas, es mejor reemplazarlas antes que colapsen, siempre.
Respecto de los cables, preocúpate que siempre estén ordenados y no estén expuestos a partes muy calientes del motor, los que podría hacer que se derrita la cobertura, produciendo cortes y problemas de funcionamiento, principalmente eléctricos, claro.
Los bornes, o conectores de la batería tienden a sulfatarse, que es como un glaseado blanco que hace que el contacto no sea el mejor, haciendo que la batería no funcione y no puedas prender el auto. Fíjate que los bornes no tengan este glaseado y si lo hay, limpia esto con los productos adecuados. A veces hasta una lija fina ayuda.
Verifica una vez al año, con la ayuda de un eléctrico, que el sistema eléctrico esté en buenas condiciones, donde el cableado está sano y el alternador carga a 14v o cerca con el motor andando.
Si se enciende la luz del Check Engine, lleva tu vehículo inmediatamente a hacer un escáner. Esa luz puede prenderse por problemas del aire acondicionado, pero también por otros problemas más graves y determinantes, que inciden directamente en el funcionamiento del motor.
Para ayudarte más, te dejamos un recuadro resumen que te muestra los intervalos de mantención de cada aspecto esencial para el funcionamiento de un vehículo.
Componente del vehículo | Intervalo de mantención en kilómetros |
---|---|
Cambio de aceite de motor | 5.000 - 20.000 |
Cambio aceite caja de cambios manual | 60.000 |
Cambio aceite caja cambios automática | 45.000 |
Cambio de pastillas de freno | 40.000 |
Cambio discos de freno | 80.000 |
Reemplazo líquido de frenos | 40.000 |
Zapatas en tambores de freno | 50.000 |
Tambores de freno | 120.000 |
Cambio de bujías | 20.000 - 80.000 |
Cambio filtro de aire | 20.000 - 30.000 |
Revisión inyectores | 25.000 - 30.000 |
Reemplazo inyectores y filtro combustible | 50.000 - 60.000 |
Reemplazo líquido refrigerante | 20.000 |
Reemplazo neumáticos | 50.000 |
Alineación y balanceo | 10.000 - 20.000 |
Suspensión / Cambio de amortiguadores | 50.000 - 80.000 |
Reemplazo correa distribución | 60.000 |
Con el Informe Autofact podrás conocer si un auto usado tiene multas, ha sido rechazado mucho en revisiones técnicas y más.