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Escrito por Nicolás Ortuya
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11 de junio 2024
La respuesta corta es sí. En su artículo 198, la Ley de Tránsito establece que “conducir un vehículo con sus sistemas de dirección o de frenos en condiciones deficientes” es una falta considerada grave contra la normativa vigente, por lo que podrías ser multado y recibir otras sanciones, como veremos más adelante.
Si lo piensas bien, el sistema de frenos de un auto es lo que permite regular la velocidad a la que conduces, evitar colisiones y atropellos, detener el auto de acuerdo con las señales del tránsito, entre otras.
Mientras que el sistema de dirección te permite dirigir el vehículo, esquivar obstáculos y baches del camino, evitar siniestros de tránsito, y mucho más.
Por eso y otras razones, es muy importante que hagas las mantenciones preventivas correspondientes con cierta periodicidad y que estés atento a los indicios de falla en cualquiera de estos sistemas, las cuales revisaremos más adelante, de lo contrario esto podría provocar accidentes graves y podrías ser sancionado.
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Las sanciones que establece la normativa vigente para los conductores que manejan vehículos automotores con sus sistemas de frenos y/o dirección en malas condiciones son las que se contemplan para las infracciones de carácter grave.
En este caso, la autoridad puede aplicar las siguientes medidas:
Sí, es posible acceder a descuentos, como en todas las faltas graves de tránsito en Chile. Así, de acuerdo con el Artículo 22 de la Ley N.º 18.287 sobre los procedimientos ante los Juzgados de Policía Local, para poder acceder a rebajas en multas de tránsito debes cumplir con los siguientes requisitos:
Si cumples con estos puntos básicos, puedes obtener un 25% de descuento en el monto total de la multa aplicada en tu caso.
Asimismo, puedes apelar a tu multa por conducir un vehículo con los sistemas de frenos y dirección en malas condiciones, presentándote ante el Juzgado de Policía Local correspondiente y detallando las causas de tu apelación, con todas las pruebas pertinentes.
Sobre esto, el juez decidirá si tu apelación es aceptada o rechazada.
Los síntomas que comienzan a aparecer cuando están fallando los frenos pueden variar entre un vehículo y otro, pero algunos de los indicios más comunes que pueden aparecer son los siguientes:
Si escuchas chirridos o cualquier ruido metálico al frenar, podría indicar que las pastillas de freno están desgastadas o que hay algún problema en el sistema de frenos que tendrás que atender tarde o temprano (y mejor que sea pronto).
Si sientes vibraciones fuera de lo normal o temblores en el volante y en el pedal del freno al accionarlo, podría ser señal de discos de freno desgastados o dañados; también podría ser problemas en un neumático, en la alineación o en el balanceo.
Si notas que el auto tarda más en detenerse o tienes que pisar el pedal del freno más fuerte de lo normal para llegar a la detención, es posible que haya una disminución en la eficacia de frenado que vale la pena revisar.
Si observas una disminución en el nivel del líquido de frenos en el depósito, puede ser un indicio de una fuga en el sistema de frenado, lo que provocará una pérdida en la efectividad del frenado.
Si el pedal del freno se siente blando, esponjoso o se hunde fácilmente hasta el suelo al presionarlo, podría ser un indicio de aire en el sistema de frenado u problemas que podrían desencadenar accidentes a corto o mediano plazo.
Si se encienden luces de advertencia relacionadas con los frenos en el tablero de instrumentos del conductor (testigos), es importante revisar el sistema de frenos inmediatamente.
Si percibes un olor a quemado al frenar, podría ser indicativo de frenos sobrecalentados debido a un mal funcionamiento.
Si experimentas alguna de estas señales, lo primero que debes hacer es llevar tu vehículo a un taller mecánico cercano para que un profesional realice una revisión completa del sistema de frenos y repare lo que sea necesario para garantizar tu seguridad en la carretera.
¡No ignores los problemas de frenado! Esto puede poner en riesgo tu vida y la de otros conductores.
Por otra parte, también es posible identificar algunos signos de que la dirección de tu auto está fallando. Al igual que en el caso de los frenos, estos pueden variar dependiendo del tipo de sistema de dirección que tenga tu vehículo.
Algunos de los síntomas comunes de problemas en la dirección son los siguientes:
Si al girar el volante, notas que se vuelve más pesado de lo habitual o requiere un esfuerzo adicional, esto puede ser un indicio de un problema en la dirección asistida, especialmente si tienes un vehículo equipado con dirección asistida hidráulica o eléctrica.
Si sientes vibraciones o temblores en el volante mientras conduces, podría ser una señal de que algo está funcionando mal en alguna de las piezas de la dirección, como las rótulas o los extremos de la dirección.
Si escuchas ruidos como chasquidos, golpes o crujidos al girar el volante, podría indicar desgaste o daño en alguno de los componentes de la dirección.
Un volante ligeramente torcido o desalineado cuando estás conduciendo en línea recta, podría indicar un problema de alineación o con la caja de dirección.
Si sientes que el auto se mueve de un lado a otro o que es difícil mantenerlo en línea recta, también podría ser una señal de problemas en los componentes de la dirección.
Si notas una disminución en el nivel del líquido de dirección asistida en el depósito, puede ser una señal de una fuga en el sistema de dirección, lo que ocasionará dificultades para llevar la dirección del auto. Otro síntoma, es que la dirección esté demasiado dura.
Algunos vehículos modernos están equipados con sistemas electrónicos de asistencia a la dirección que pueden mostrar luces de advertencia en el tablero cuando hay algún problema con la dirección.
Ante cualquiera de estos síntomas, te recomendamos llevar tu auto a un taller mecánico de para que le revisen la dirección y se apliquen las reparaciones necesarias. Considera que los problemas en la dirección pueden comprometer la capacidad de manejo y la seguridad del vehículo, por lo que es esencial abordar cualquiera de estos signos a tiempo.
Como dijimos al comienzo de este artículo, hacer un mantenimiento preventivo de los frenos de tu automóvil puede ayudarte a evitar tener que llegar a gastos mucho mayores en reparaciones y repuestos, en caso de que el sistema llegue a fallar efectivamente.
Para lograrlo, en primer lugar, tienes que poner atención a los signos que describimos anteriormente y actuar a tiempo. Pero no solo eso, también debes estar atento a la vida útil de los componentes del freno. Por ejemplo, los discos de frenos duran entre 40.000 y 50.000 km.
Los costos de mantener los frenos de tu auto en buen estado en Chile pueden variar dependiendo de diversos factores, como la marca y modelo del vehículo, el tipo de frenos que tenga (por ejemplo, frenos de disco o frenos de tambor), la calidad de las piezas que se utilice, la ubicación geográfica y el taller mecánico donde realices el mantenimiento.
Así, en promedio, una rectificación de discos, que es uno de los procedimientos más comunes en el mantenimiento del sistema de frenos, suele tener un costo de entre $30.000 y $40.000, y un cambio de frenos puede costar aproximadamente $80.000 (el juego de pastillas), dependiendo del vehículo y la calidad de las pastillas.
En cambio, el reemplazo de discos de freno puede tener un costo aproximado de $60.000 a $150.000 por cada disco, también dependiendo del vehículo y la calidad de los discos. Además, el cambio de líquido de frenos puede tener un costo de alrededor de 20.000 a 40.000 pesos chilenos.
Es importante mencionar que estos son solo estimados y los precios pueden variar, por lo que te recomendamos cotizar específicamente por el modelo de tu vehículo y el componente que buscas en particular.
En definitiva, recuerda que mantener los frenos de tu auto en buen estado es esencial para garantizar tu seguridad en la carretera, por lo que es importante no posponer el mantenimiento necesario, utilizar repuestos de calidad y preferir talleres mecánicos confiables y profesionales para realizar este tipo de servicio.
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