Imagina que vas manejando por la Ruta 5 y de pronto sientes que tu auto empieza a serpentear levemente, vibrar, se vuelve más lento o la dirección se vuelve algo más pesada. Si percibes alguno de estos síntomas, quizás pinchaste, o al menos perdiste presión en un neumático.
A veces los pinchazos son muy leves, provocando de a poco la pérdida de aire del neumático. En este sentido, es conveniente monitorear la presión de tus neumáticos y estar atento a las condiciones de manejo; podrías percibir los síntomas de a poco.
Sobre el pavimento, no es recomendable que los neumáticos tengan baja presión de aire, dado que los desgastas a tal punto de hacer que expire su vida útil de forma prematura. En tierra, tu neumático desinflado o pinchado, pero aun con aire, podría circular bien a baja velocidad por unos kilómetros y el daño sería menor.
De todas formas, debes estar atento y cambiar el neumático inmediatamente si es que pinchas. Hacerlo es fácil y ni siquiera necesitas mucha fuerza, solo saber usarla.
Conoce todos los antecedentes de cualquier vehículo usado antes de comprarlo y toma una decisión informada.
Los pasos que debes seguir para cambiar el neumático que está fallando en tu auto son los siguientes:
Revisemos en detalle, paso a paso:
Idealmente, busca un lugar lo más plano posible, fuera del camino siempre que sea posible. Enciende los intermitentes, ponte el chaleco, bájate y ubica los triángulos unos metros antes de donde estás parado.
Cuando encuentres el lugar, engancha el auto en primera, pon el freno de mano y ubica una piedra u obstáculo en alguna de las ruedas opuestas a la que vas a levantar. Es decir, una piedra en la rueda trasera si pinchas la delantera y viceversa.
Con esa piedra ayudas a evitar que el auto se mueva estando levantado con la gata.
Debes buscar algún punto del chasis donde levantar. La gata debe ir justo abajo, la fuerza debe ser perpendicular hacia arriba, por eso es importante que esté justo debajo.
Si es que estás en un camino de tierra o en la arena, lo mejor es poner una tabla o superficie dura para que se apoye la gata, si no el terreno va a hundirse con el peso del auto.
Suelta todos los pernos, sin sacarlos. Para esto, dos consejos:
Con los pernos aflojados, bloquea la gata y comienza a subir el auto. Despacio, nadie apura. Cuando la rueda esté completamente levantada puedes parar.
Ojo con la altura. Podría ocurrirte que tu gata no levante lo suficiente, o la pusiste en algún punto demasiado distante que hace que la rueda no se levante bien. Revisa bien dónde pondrás la gata y ayúdate con alguna tabla por debajo de la gata para aumentar la altura en caso de ser necesario.
Asegúrate de que la gata quede bien apoyada en la tabla como piso.
Cuando termines de soltar los pernos, sácalos. Entra bien “la guata”; levantando neumáticos es que aparecen los problemas lumbares.
Deja el neumático pinchado recostado bajo el auto por seguridad y prepárate para poner la rueda de repuesto.
Aprieta los pernos de forma cruzada e intercalada. Así evitas que la rueda entre chueca o los pernos no sujeten bien. Te darás cuenta de que se te hace más fácil esta operación.
Los pernos de rueda siempre entran suave en su lugar, si notas que es difícil apretar o sientes un pequeño crujido, podrías estar apretando chueco. Quita el perno y repite la operación hasta que sientas que el perno entra suave en su lugar.
Cuando les hayas dado este primer apriete, quita el neumático que habías dejado abajo, sal de la zona de peligro y baja la gata; cada gata tiene una forma de hacerlo lentamente.
Si es como la gata de la foto, atornillando hacia la izquierda podrás bajar la gata hasta que el neumático de repuesto instalado toque el piso.
Si es una gata hidráulica, seguramente tendrá un perno que, al aflojarlo, suelta la gata. Si lo giras con cuidado, notarás que la gata bajará suavemente hasta que se apoye la rueda en el suelo.
Para ayudarte en los aprietes finales, puedes usar dos cosas:
La técnica del tubo y el pie, la puedes aplicar tanto para soltar, como para apretar las tuercas de rueda.
Como habrás visto no es una tarea muy difícil, atrévete. Sobre todo en período de vacaciones sería bueno que supieras. Practica en tu casa.
Luego de reemplazar la rueda pinchada no olvides ir a repararla a la vulcanización, ya que debes evitar andar sin ninguna rueda de repuesto. Normalmente, tras arreglarla, vuelves a utilizarla y la de repuesto, vuelve a ser de repuesto.
Si no puedes o no quieres cambiar la rueda, ten calma y estando bien estacionado, llama a algún servicio de grúas o emergencia para que te puedan ayudar. Si pagaste un peaje y llamas al número que está en el boleto que te dan, podrán rescatarte en ruta.
Conoce todos los antecedentes de cualquier vehículo usado antes de comprarlo y toma una decisión informada.