Varios de nosotros quizás no somos mecánicos, pero es nuestra responsabilidad saber, conocer y entender un poco de mecánica, sobre todo si queremos comprar un auto usado, revisarlo y probarlo por nuestros propios medios.
Entre las revisiones debes observar bien el exterior, el interior y por supuesto el motor del vehículo que nos está guiñando un ojo, mejor dicho, un foco para que lo llevemos para la casa. En particular, del motor, fíjate en lo siguiente:
¿Quieres un auto usado? Revisa sus antecedentes con el Informe Autofact.
Observa detenidamente el motor y sus alrededores, mira mangueras y correas. Fíjate si tienen rastros de algún líquido, lo que sería evidencia de fugas, lo ideal es que estén secas, pero tampoco resecas. A veces con el tiempo y el uso pueden estar medias resecadas y/o quemadas. Cuando las mangueras están así y tiesas, es bueno reemplazarlas.
Desconfía de un motor demasiado limpio; quizás algo esconde. Es bueno un motor que se vea usado, con algo de suciedad y polvo, pero sano.
A la vez pregunta al dueño si es que el vehículo está siempre en el mismo lugar donde lo estás revisando. De ser así, mira por debajo en el piso si es que hay rastros de fugas.
Aprovecha de mirar el motor y el vehículo completo por debajo, fíjate si hay fugas. En un auto antiguo una que otra encontrarás, pero siendo pequeñas, son manejables.
Para revisar el aceite, con el motor frío, localiza la varilla, sácala, límpiala y vuelve a introducirla. Luego de unos segundos sácala nuevamente y verifica el nivel con las marcas de la varilla. Debe estar en el máximo o lo más cerca posible.
Un reflejo de cómo está realmente el motor es el aceite; revísalo y constata que sea de un color entre café oscuro y algo negro; y que además mantenga la viscosidad. Es más o menos como el color de la Coca-Cola. Ojo, que un aceite muy usado también es negro. Compres el auto que compres hazle un cambio de aceite al tiro, es mejor prevenir.
Mira el aceite, si tiene unas manchas grises, pueden ser restos de metales del motor. Eso quiere decir que el aceite está muy viejo y perdió viscosidad, produciendo desgaste entre el roce de piezas que deberían estar bien lubricadas.
Si el color es lechoso como un capuchino, entonces quiere decir que se mezcló agua o líquido refrigerante con aceite. Si eso pasó, o asumes que deberás ajustar el motor, o bien anda a ver otro auto.
Una vez revisado los puntos anteriores, enciende tú mismo el motor. Es fundamental que el auto encienda a la primera y que no le cueste muchas vueltas al motor de arranque. Si es que ocurre, podría haber problemas en él, en la batería, bujías o en el tiempo de distribución del motor, por ejemplo.
Una vez encendido, si es que detectas ruidos raros o sientes que el auto vibra mucho, evidentemente el motor tiene problemas. Pueden ser averías al interior del motor, como en el eje de leva o válvulas; si no en la carburación o inyección; o bien en otro componente fundamental para el funcionamiento del motor.
Luego de transcurridos unos minutos comienza a fijarte en tres cosas:
Si en ralentí no está parejo, los problemas pueden ser varios, desde falta de mantención o limpieza de algún componente en la admisión, o bien algo mayor, ahí donde funcionan pistones, bielas y cigüeñal.
Si la temperatura sube muy rápido, es mejor ir a ver otro auto o asumir que deberás hacer un ajuste de motor. Te decimos esto, porque si está con problemas de temperatura, lo más probable es que ya haya sufrido algún calentón y pistones, bielas y cilindros pueden estar ya desgastándose poco a poco por un mal roce.
En el mejor de los casos es alguna perforación en el radiador, problemas con su tapa o con el termostato. Si hay problemas de temperatura, no te calientes la cabeza. Anda a ver otro auto.
Del humo varias cosas. Primero, dependiendo de donde vivas y la estación del año, podría haber algo de agua o exceso de humedad cerca de la salida del tubo de escape. Si eso es así, al encenderlo saldrá vapor de agua por evaporación. Todo bien, mientras solo dure uno o dos minutos, pues es agua residual que nada hace ni hizo en el motor.
Si el humo es negro hay problemas de admisión, carburación o escape. Si es poco, es reparable, si es mucho, el daño puede ser grande. Si es que es azul estás quemando aceite, lo que es un pésimo indicio y si sale blanco y denso, también, ya que puede ser agua proveniente del sistema de refrigeración.
En todos estos casos mencionados, deberías desechar la opción de comprar ese vehículo usado. Si por algún motivo, quieres comprar el auto porque te gusta mucho, asesórate por un mecánico, idealmente anda a verlo con uno que pueda acompañarte; lo más probable es que te cobre por ese servicio.
El mecánico te puede decir la magnitud del daño y entregar un valor aproximado de la reparación, cantidad que sirve para regatear el precio del vehículo si sigues animado a comprarlo.
¿Quieres un auto usado? Revisa sus antecedentes con el Informe Autofact.