Como ya sabrás, uno de los créditos más utilizados en Chile para comprar autos (nuevos o usados) en concesionarios es el denominado crédito inteligente.
Este tipo de financiamiento te permite pagar desde el 20% del valor del auto como pie inicial. A partir de ahí, pagarás (en caso de haber pagado el pie del 20%), otro 30% en un plazo de dos o tres años (24 o 36 cuotas). Y al final de este tiempo, que aún debes el 50% del auto, existen varias opciones:
Para entender mejor cómo funciona este tipo de crédito, vamos a ver un caso práctico en el que podamos fijarnos de los detalles de este financiamiento automotriz.
Hemos visitado una automotora para hacer la prueba y nos hemos interesado en un sedán mediano. El precio inicial era de $10.890.000.
Al sentarnos en la mesa a conversar sobre el financiamiento, el vendedor nos ofrece varias opciones,la del crédito inteligente nos la recomienda sólo si estamos seguros de que en un plazo de dos o tres años cambiaremos de auto.
Una vez que nos decidimos por esta opción, nos disponemos a hacer números. Estos son los costes directos e indirectos de la compra mediante este financiamiento:
Además, hay que tener en cuenta otros gastos asociados a cualquier compra de un auto nuevo:
Dependiendo de cada persona, el valor del pie puede ser mayor. Sin embargo, la mayoría de los clientes suelen pedir el pie mínimo. En este caso decidimos pagar el 20%, cuyo valor ya hemos señalado en los párrafos anteriores.
Si pagas el auto en dos años, es decir 24 cuotas, pagarás menos dinero que si lo pagas en 36, ya que estarás pagando durante menos tiempo las tasas de interés; a pesar de que las cuotas sean más altas.
Si pagamos en 24 cuotas, el coste de cada cuota mensual que nos ofrece la automotora es de $295.354. Este precio contiene las tasas (1,99%), que varían dependiendo del modelo y la marca del auto, y los gastos que hemos visto anteriormente.
¡Ojo! En la cuota que nos presentan a nosotros están incluidos los seguros de cesantía ($6.490), seguro de viaje ($3.490), seguro contra el robo de accesorios ($2.990). Estos seguros se pueden eliminar y así rebajar la cuota. Recuerda que gracias a la nueva Ley del SERNAC Financiero no pueden obligarte a tomar ningún seguro asociado a un crédito.
Si multiplicamos este monto por las 24 cuotas, al final estaremos pagando $7.088.496 de pesos. Teniendo en cuenta que el 30% del precio del auto es de $3.027.000, durante los dos años de financiamiento, estaríamos pagando más del 60% del valor inicial del auto debido al coste de las tasas. Y aun así, nos quedaría por pagar el otro 50% del valor del auto ($5.045.000), si es que decidimos quedárnoslo.
Cabe destacar, de todas formas, que esta opción no es la recomendada cuando contratas un crédito inteligente.
En caso de que las automotoras no quieran retomar tu auto, existe el llamado Valor Futuro Mínimo Garantizado. Este monto es una cantidad de dinero que la automotora se compromete a entregarte si devuelves el auto en las condiciones que previamente te han exigido (y que veremos más abajo) al cabo de dos años. En el caso de nuestro auto, el valor futuro mínimo garantizado que nos ofrecen es de $5.056.699. Este es un valor de seguridad que puedes tener si no consigues vender tu vehículo
El siguiente auto nos saldría seguramente bien de precio haciendo esta maniobra, pero sin olvidar que durante los dos años anteriores habremos pagado prácticamente el total de un auto que nunca nos pertenecerá.
¿Vas a comprar un auto usado? Revisa su historial con el Informe Autofact.
Ventajas
Por una parte, es una manera de pagar cuotas más bajas respecto a otros créditos. Además, si al final de los dos años la automotora te lo retoma, o consigues venderlo por tu cuenta un buen precio, los costes se reducen considerablemente y puedes plantearte comenzar otro ciclo con un nuevo vehículo.
Además, la empresa encargada de la financiación asegura que esa modalidad de crédito no aparece en el sistema financiero.
Puedes pensar que lo que haces durante estos dos años es arrendar un auto por ese tiempo y su usufructo se paga a plazos, además del pie inicial. Hay gente que prefiere esta modalidad para poder tener el auto que quiere y cambiarlo continuamente, sin tener que pagar una alta cantidad de dinero de una vez.
Inconvenientes
Sin embargo, hay varios contras que conviene conocer antes de contratar un crédito inteligente. Para empezar el auto queda en prenda durante los dos o tres primeros años que dure el financiamiento. Esto quiere decir que figurará a tu nombre, pero no podrás realizar una transferencia.
Además, si quieres devolver el auto a los dos años para “cambiarlo” por otro, pero éste no cumple con los requisitos previstos, está chocado, o el motor fundido por ejemplo, no tienes derecho a percibir por él el Valor Futuro Mínimo Garantizado.
Esta modalidad de financiamiento también te obliga a realizar todas las mantenciones exigidas por el representante de la marca, lo que aumenta los costes durante los dos o tres años que estés pagando las cuotas.
Por último, se deben estudiar muy bien los requisitos que cada empresa financiera estipula para poder devolver el auto a cambio del VFMG o para saldar la deuda: el vehículo no puede tener más de 50.000 km tras los 24 meses, o 65.000 km después de los 36 meses; debe presentar un desgaste normal proveniente de un uso cuidadoso y encontrarse en estado óptimo y con su equipamiento general. También debe tener todos los documentos al día en el momento de su devolución a la empresa y no llevar instalado ningún accesorio adicional.
Sólo si sabes que puedes cumplir todos estos requisitos y hacerte cargo de todas las cuotas sin problemas, te conviene este tipo de financiamiento.
Autofact no recomienda un crédito frente a otros. Está claro que lo ideal es no depender de los financiamientos para no pagar más costes además del precio del auto. Pero esta opción no está disponible para la mayoría de los chilenos.
Así pues, te recomendamos que revises la letra chica de cada contrato. Intenta pedir varios tipos de financiamiento para poder compararlos tranquilamente antes de decidirte por uno de ellos. Además, intenta tener claro tu presupuesto total a partir del cual no puedes subir más. Esto te ayudará a saber hasta donde podrás aceptar, y además incluye en este presupuesto todos los costos asociados a la compra.
En definitiva, ten sentido común. No te dejes llevar por lo que te digan e intenta asegurar un buen financiamiento leyendo muy bien cada línea del contrato y preguntando a un especialista sobre los valores de las tasas.
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